El título ingrato del apellido puede jugarte a favor o en contra. Algo así como las Barbies: “Barbie Doctora”, “Barbie Enfermera”, “Barbie Profesora”. ¿Y si Barbie profesora quisiera cambiar de profesión ya que cuestionaba su carrera? ¿Qué pasaría si Barbie profesora hubiese tenido tanta experiencia como profesora, que se saturó y se cansó?. Y sobre todo: ¿qué pasaría si los últimos meses de Barbie profesora fuesen tan malos que ella ya no quisiera enseñar?. Todos por la caja conocerían a “BARBIE PROFESORA” como tal, pero ella ya no se sentiría cómoda con eso.
Por favor no me malentiendan, mi autoestima no es tan alta y estoy lejos de sentirme o compararme con una Barbie. Quise usar esta simple analogía para comenzar a relatar el proceso que viví en estos dos últimos años y el cómo llegué aquí.
Después de haber tenido muy claro el título de mi caja, mi casilla, experimenté muchos sentimientos que me costaron asimilar, entender, y vivir con ellos. Me sentí perdida. Perdí el amor por el tejido.
Hace un par de meses esta sensación de “pérdida” se incrementó. Entré en una vorágine de evasión del trabajo en general y una sensación de vacío o de búsqueda de algo que volviese a llenarme tanto como lo hacía el tejido. No podría llamarlo depresión, me gusta llamarlo “búsqueda”. Es por esto que me hice muchas preguntas, leí muchos artículos, conversé con amigos, etc, que derivó a mucho pensar. Así fue como finalmente terminé en esto: nuevamente escribiendo un blog de tejido, esperando que esta sea la respuesta a la búsqueda que comencé hace un tiempo. De algún modo también, con la sensación de estar dando la vuelta de carnero por volver a algo que ya había comenzado años atrás.
Era el año 2004, estudiaba diseño gráfico en la universidad y en invierno de ese año me dio bronquitis y caí inevitablemente en cama un par de semanas. Mi carrera, mis intereses y mi personalidad siempre me acercaron a las texturas y colores, y para poder llenar esto, se me ocurrió comenzar a tejer mientras mataba el tiempo en la cama. Tenía en una bolsa olvidada y escondida un par de ovillos (celeste y negro) desde el colegio cuando tejí una bufanda, y con esos materiales, comencé a tejer un poco. Sólo sabía tejer lo básico: punto derecho y punto revés a palillos.
Pensando “¿Qué más (además de las eternas bufandas) puedo hacer con esto básico que sé?” busqué en Google acerca de tejido. Y lo que vi me enamoró. El mundo del tejido que encontré distaba muchísimo de lo que yo conocía: los chalecos que mi tía y mi abuela me tejían. El tejido en el mundo era muy cool, tenía diseños extraños, era libre, no tenía reglas, tenía colores y texturas que nunca imaginé, y sus posibilidades ilimitadas.
Comencé a sufrir ese enamoramiento que te hace despertar temprano pensando en tejer, acostarte tarde, tenerlo en la cabeza todo el día y hacer que tu vida girara en torno a él.
Apenas pude salir de cama, inspirada partí corriendo a la única tienda de lanas que conocía abierta un fin de semana (Costuritas del Plaza Vespucio) y busqué un ovillo de cada color del arcoíris: blanco, amarillo, naranjo, rojo, morado, azul, verde, negro. Con aquella ingrata espera antes de que alguien te atienda, por fin una vendedora termina diciéndome: “la única marca y modelo que tiene esos colores es la Junior de Cisne”. Eso compré. Con eso, cubriría todo.
Comencé a adentrarme más y más en el tejido y a buscar recursos que me enseñaran a tejer. Las revistas y libros tradicionales a los que tenía acceso no eran lo suficientemente claros, eran muy poco amigables, por lo que terminé siempre recurriendo a información en otros idiomas y videos en YouTube para aprender más y más. Fui muy autodidacta, me enorgullece eso. Tengo muy fresco en la memoria ese proceso: “si sé tejer un rectángulo que parta con punto elástico, luego jersey, y luego le meto unos puntos por el lado, podré hacer un dedo gordo para un mitón cuadrado” y así… Luego lo tejía y comparaba con mi tía mis avances, ella me iba guiando en mis errores y aciertos de mi “cachativa” tejedoril.
A pesar de contar con la ayuda de mi tía, quise tomar clases de tejido. Fui a la galería Imperio en Santiago centro, donde había una tienda de lanas con clases los sábados en la mañana. Recuerdo a todas mis compañeras: todas sobre 40 o 50 años. Recuerdo los colores que yo escogía para tejer y las caras que me ponía la profe por querer mezclar esos colores.
Recuerdo haberle dicho: “Profesora, quiero tejer una polera a palillos y partir con un punto elástico” a lo que ella me responde: “¡una polera tejida JAMÁS debe empezar con un elástico simple! ¡Eso es para los chalecos! ¡Eso no se hace!”.
Lo que realmente no se hace, es prohibir y condenar sea lo que sea que quieres tejer. Tu idea. Tu creatividad. Me enojé. Me sentí censurada y amarrada de manos. ¿Quién era ella para decirme cómo debía tejer lo que yo quería tejer? No iba a llegar muy lejos ahí, así que decidí retirarme. En esos talleres, aprendí sólo una técnica valiosa: la costura invisible con 1 punto sin tejer a cada borde. Las uniones me quedan como los dioses, ¡jajaja!. Y me hice chupete el 20% de descuento en lanas Cisne por ser alumna, TOUCHÉ!.
En ese momento, continué aprendiendo sola y en este camino decidí comenzar algo muy de moda en el momento en el nicho: un blog de tejidos para registrar aprendizajes y avances. Su nombre fue “invent-it!” con el concepto de INVENTAR más que COPIAR. La imagen principal, era la foto de una ampolleta. Así comenzó todo. Además de publicar cada cosa que iba tejiendo, comencé a compartir en español lo que iba aprendiendo ya que no encontré ninguna web en español que hiciera esto. Hice tutoriales, videos, fotos paso a paso, gifs animados. Mi experiencia y carrera me permitían tener estas herramientas y hacerlo fácilmente. Lo disfruté y me entretuve mucho.
A pesar de no tener mucha convocatoria en este blog, decidí dejarlo de lado y convertirlo en un sitio web. El 18 de noviembre del 2004, haciendo un rediseño de esa misma ampolleta e inspirada por los dos únicos puntos con los que comenzó todo, hice al que consideré mi primer hijo: Revesderecho.cl.
11 Comentarios
Fue ahi en revesderecho.cl donde te conocí , y quede maravillada con tus tejidos, con el amor a los colores , texturas ,etc.
Me alegra tanto saber que estas de vuelta, y creo que no es una vuelta carnero si no llegar a donde quieres estar pero haber hecho altos en el camino , descansar , pensar y seguir amando esta técnica , que para mi un arte, tejer,. Yo en estos momentos me cuesta tomar los tejidos que tengo pendientes, por temas de trabajo, cansancio etc. pero las veces en que lo hago no puedo dejar de experimentar esa tranquilidad y paz que solo el tejer da.-
Quiero felicitarte por este nuevo comienzo .-
Que lindo mensaje Carolina! La idea es seguir transmitiendo ese amor por el tejido y por enseñar… Tranquila que todo tiene un tiempo y si ahora no es, no lo presiones! (algo que aprendi!). Tejer es para disfrutarlo y cuando lo hagas, te dejará feliz :)!
Hola Marina, me encanto tu post, porque se parece mucho a lo que me esta ocurriendo ahora. Actualmente me encuentro sin trabajo (soy consultora en capacitación) y como me encanta todo lo relacionado con las manualidades, encontré que tejer es una actividad ideal para el invierno, especialmente con crochet. Años antes habia tejido con palillos, pero el crochet actualmente me ha entusiasmado bastante. Ahora bien, a mi me atrae mucho todo lo artístico y por lo mismo siempre estoy haciendo algo que me llene mi inspiración, y por eso he pintado en oleo, he realizado trabajos con técnicas de decoupage, resina…etc, pero siempre en forma autodidacta ya sea mirando las técnicas en revistas o en youtube, porque no he podido tomar clases ya sea porque estaba trabajando y el horario no me lo permitía o no tenia dinero para pagarme cursos. Y bueno ahora, estoy entusiasmada tejiendo algunas cosas en crochet, donde los videos de youtube han sido mi aliado para aprender cosas nuevas y abrí en instagram “manitocreativas” (en la cual te sigo)(https://www.instagram.com/manitocreativas/), pero me ha costado que las personas enganche con mis trabajos, tal vez, por mi inseguridad de mostrar en forma correcta lo que realizo, ademas me cuesta mucho publicar mis trabajos porque pienso que no va hacer de gusto de las personas, siendo que muchas veces tengo buenos comentarios . Y por lo mismo me gustaría emprender, pero seria bueno conocer tu opinión, de cuanto demora en formarse uno como emprendedora en el tejido??, y que debo tener presente para llegar a mas personas, y tener clientes en forma constante, donde uno pueda decir que este es un trabajo que puede mantenerse. Te mando un saludo afectuoso y espero seguir en contacto contigo.
Me encanto!!! Yo también empecé a buscar de a poco este camino de tejer y hay veces que me cansa y lo dejo, pero vuelvo de nuevo!!! Jajajaja me metí a clases de telar , aprendí lo básico, el crochet y los palillos los aprendí muy chica con mi mamá y en el colegio, pero nunca olvidare en una de esas Expo que hacen de lanas estabas tú , y me inscribí en un taller , me enseñaste a hacer flores y me gane unas lanas !! Lo pase tan bien!!! y fue un impulso tan grande que te lo agradezco mucho ! Te felicito por tu blog!! Y deseo que te vaya súper!!! Aaa y muchas gracias!!!
Que lindo tu mensaje Claudia! Por algún motivo se me pasó y no lo vi. Que rico que la gente aprecie cuando uno enseña, finalmente se hace de toooodo corazón! Las que te refieres eran las Expolanas, muy entretenidas!!! Y no me agradezcas a mi, ¡gracias a ti!
[…] no mucho atrás, conté brevemente de cómo me enamore del tejido y cuál fue mi primera experiencia de compra. En ese impulso de comprar lana, querer tejer lo primero que ves y no saber mucho de materiales, […]
Marina, te conocí ciberneticamente a través de aquel memorable revesderecho, a consejo de mi siquiatra de hacer cosas manuales, y ya que recordaba que tejer me gustaba busque un lugar en español, algo que en esa época no había y llegue a la ampolletita …. gracias y que genial
<3! Te quiero mucho Helga!
Hoy te descubrí. ..Me encantó lo simple y bello a la vez de tus proyectos y trabajos. El año pasado me descubrí tejiendo y feliz de hacerlo. Es mi terapia para bajar un cambio y me encanta. Te mando un abrazo y gracias! !!
Muchas gracias Marcela! Para mi tambien se ha vuelto terapeutico, una y otra vez a lo largo de mi vida… sin querer, di con el hobbie que más me llena el alma. ¡Un abrazo!
Hola Marina! te sigo desde que tenías tu blog revesderecho.
Que bueno tenerte de vuelta. Y la pagina revesderecho que pasó? no es tuya ahora?
Saludos!