¡Buena semana a todos! quisiera empezar este lunes inspirando, compartiendo ideas y experiencias.
Les presento a mi amiga Andy de SAWÁ Hecho a Mano. Al conocerla, conocer su trabajo y su alcance, me di cuenta que era un referente para muchas de cómo empezar un negocio relacionado al tejido, ¡y que sea exitoso! así es que ¿por qué no compartirlo? quizás muchos de ustedes quieren empezar algo o ya lo empezaron y necesitan un poco de guía.
Ella hoy en día es invitada a matinales, sus tejidos aparecen en producciones de revistas, sus talleres son promocionados y publicados en medios masivos, tiene cientos de alumnas y clientas que la prefieren… ¿Cómo partió? ¿Cómo construyó su marca y seguidoras/clientas/alumnas?.
Así es que este post viene directamente de ella: quise abrir el espacio para que Andy lo hiciera compartiendo con ustedes y contando su experiencia 🙂
¡Buena semana a todos!
Cómo empezó SAWÁ
Cuando estaba terminando mi carrera de fotografía, necesitaba hacer algo con mis manos durante tiempos libres para liberar tensiones, por lo que retomé el tejido de a poco.
Como en ese entonces vivía a pura mesada (y porque el negocio es algo que es parte de mí de manera innata) comencé a ofrecer mis bufandas tejidas a mis amigos. Luego de eso los amigos de mis amigos empezaron a comprarme también, así es que necesitaba buscarle un nombre.
Recuerdo que pedí ayuda por Facebook y un amigo me dio la sugerencia. Al mismo tiempo tenía la idea de un blog español que en ese entonces era bastante conocido llamado”Misako mimoko“.
Este amigo sin saberlo me sugirió “SAWÁ” (que suena bastante exótico) pero es algo similar en base a el juego de palabras del blog pero mas oculto y “eSA WeÁ”. Me convenció de manera inmediata.
Definiendo la línea final
Comencé a promocionarme de manera virtual inmediatamente. Por deformación profesional y por comodidad comencé a hacerle fotos a mis tejidos, a combinar colores, a hacer paletas inspiradas en todo lo que veía en la calle y a salirme (sin quererlo al comienzo) del invierno gris: beige, café y fome que uniforma con el smog de Santiago.
A darle color a la ropa aburrida, tanto así que en al usar los tejidos que hacía para mi justamente eran los que finalmente vendía porque a alguien más le gustaban y yo terminaba vendiendo el que tenía puesto y tejiéndome otro que finalmente también era vendido.
Una de las primeras cosas claras que tuve en mi marca fue que quería ir de menos a mas.
Comencé cobrando lo que me parecía justo, pero luego fui añadiendo costos y metiéndole más cabeza al tema de cálculo de precio de venta y la línea que debía seguir, ya que si me hacía sentido a mi como creadora, finalmente iba a ser algo absolutamente mío.
Hubo muchas ideas, muchas sugerencias de la gente: los amigos o conocidos que me pedían cosas que al final no pagaban, o el familiar que todos tenemos que te pide un tejido y al momento de decirle su valor te cuestionaban.
Pero no me rendí, me puse mas firme y seguí mi camino, haciendo de a poco cada día más este emprendimiento y esta marca pequeñita un alterego de mi misma.
Hice muchas ideas, al comienzo era un mix de de todo pero con los años me fui dando cuenta de que era necesario tener una línea clara e ir visualizando para dónde quería llegar: ir creciendo y aceptando pedidos de lo que fuera o tener una línea clara que fuera reconocible. Subir costos y vender mis productos como “mis productos” o “más de lo mismo”. Tomé la decisión y fui por el primero.
Creo que todo el mundo cuando sabe que tejo lo primero que me pregunta es que si hago chalecos. No juzgo a quien sí lo hace, pero es algo que detesto personalmente por lo que no lo hago.
Creo que si lo hiciera sería algo muy grueso para poder terminarlo rápido – aunque no me considero muy consecuente ya que si hago una manta de dos plazas como si nada, claramente puedo tejer un chaleco – pero creo que en mi cabeza tiene un orden distinto y al ser fragmentado de manera distinta me hace más sentido.
Luego de elegir una línea volví a analizar los colores que usaba, las combinaciones que hacían sentido en mi cabeza eran las que elegía para lo que hacía y hasta el día de hoy es algo que practico a diario con cada idea, por muy loca que parezca, salvo que sea un pedido especial con colores elegidos por mis clientes.
Pero cuando me dicen “ve tu, lo que te parezca” es cuando más disfruto porque ahí me vuelvo loca, al punto de que solo con fotos del lugar donde quieren ponerlos o con una lista de preferencias inmediatamente se me ocurre una paleta especial, con un material específico o inclusive se me ocurre en la cabeza tejer una pieza específica en un color específico y busco el tono hasta que doy con una lana que me guste en ese tono. En algunos casos lo logro y la encuentro, y en otros me quedo eternamente con las ganas ya que no siempre todos los colores de mi cabeza están en el material que necesito (una que tiene una cabeza loca, mujer y fotógrafa tiene una gama bastante mas amplia de colores y tonos, ¡créanme!, lo he comprobado).
¡Los colores son escurridizos!
Lo malo de tener tantos colores en la cabeza es que siempre tengo colores favoritos en ciertas líneas y marcas que se que conviven entre sí; pero estas líneas y marcas malvadas terminan descontinuando o cambiando el teñido y algunos de mis colores favoritos han llegado a desaparecer ya varias veces.
Suelo sufrir sobretodo con los turquesas, o que de repente en cierta marca dejan de hacer grises en una línea y dos años después aparecen denuevo. O encuentro un color precioso para algún producto, me envicio y luego no lo encuentro nunca mas, ¡ahí sufro!, porque otra marca va a tener quizás una lana parecida pero en ciertos tonos nunca va a ser igual y ahí me aparece una nueva opción pero no la misma y yo termino echando de menos el color o buscando tienda por tienda por si tienen algún saldo guardado y me compro y atesoro el último kilo (que es lo que hice la última vez) o ya cuando me doy cuenta de que perdí, atesoro los últimos cms solo con la esperanza de que luego en algún futuro vuelva a aparecer.
Creo que de a poco he ido fortaleciendo y dando pruebas de que se puede vivir del tejido, sin embargo es bien sacrificado, ya que requiere mucha dedicación.
Me encanta, pero no es tejer y listo: sino que es dejar los pies en la calle buscando una lana específica, tomar fotos de tu trabajo a diario, generar contenido, redes sociales, contestar correos, contestar dudas que muchas veces ni siquiera te contestan con un gracias, hacer fotografías buenas para que tus productos se vendan, administrar: fanpage, Instagram, Etsy (al último debo fortalecerlo y lo tengo presente), etc.
Finalmente la mejor plataforma depende de una. Si generas buen material, buenos tejidos, eres firme en lo que cobras, para dónde estas enfocada y sigues trabajando y trabajando al final es algo que da frutos y muchas alegrías.
Si pudiera darles un consejo, si quieren abrir su marca de tejidos, si quieren emprender:
- hagan algo a su imagen
- generen sus diseños, con sus colores y con sus ideas
- generen material y saquen buenas fotos
El resto es insistir, no dejarlo botado, seguir trabajando, hacerse un plan a seguir, hacerse horarios, respetar los tiempos de entrega y ya la gente que te compra y queda contenta pasa la voz y eso te da clientela nueva.
Quien confía en tu trabajo finalmente lo compra.
– Andy
Encuentra a Andy en sus siguientes redes:
- sawahechoamano@gmail.com
- facebook.com/sawahechoamano
- instagram.com/sawahechoamano
11 Comentarios
Me encantó! Qué linda su historia. Me reí mucho con lo de la marca jajajaja. Mi “Lanalonsos” la tengo hace años. Vendí muchos monos, a ninguno le saqué foto. Ni hablar de lo desorganizada q soy. Me falta disciplina y organización. Mi marido me reta siempre porque cree en mí y yo me hago la loca.
Lo que me complica un poco es eso de tener tanta lana y materiales por todos lados sin tener el espacio suficiente, más que suficiente, adecuado.
Adecuado! Te encuentro toda la razón! A mi me pasa que tengo muchas lanas en un estante y eso está “al aire”, no en cajita ni con puerta, por lo que se ensucia mucho la lana… ¡que pena me da verla con polvillo acumulado!
Sipodx a tomar foos de toooodo, hoy encotré las primeras y horribles fotos de mos bufandas del 2009
Andy que seca, te admiro muchísimo. Me acuerdo cuando me animé a abrir mi tienda en Etsy y encontré la tuya y pensé “que bacán esta mina, espero que algún día mi marca se posicione así” 😀 Luchando desde Bogotá, donde no pescan pa ná lo hecho a mano jaja pero dándole con todo que los sueños se hacen realidad. Aguante el handmade y el tejido. <3
Hola Jose! Acá en Chile vivimos una experiencia bastante similar, como handmade y movimiento DIY nos ha costado crearnos un espacio donde sea realmente valorado el trabajo manual por lo que es… ¡pero de a poco y con constancia! Experiencias como la de Andy u otras son las que hacen la diferencia. Un abrazo desde Santiago!
Yaos, ahora a ñlenar tis talleres, marzo es flojo pero yo creo q tu red de contactos es potente.
Y nos vemos cuando llegues!!
Andy.. este post me ayuda a confirmar mis ganas de tener una marca… tejo desde los 6 o 7 años, he hecho de todo, tenia una profesora que me pedia “pañitos” para las rifas de curso, entre muchas cosas que he tejido y tambien vendido, teji mi vestido de novia, mi mayor ilusion y logro.. me cuesta el definir la linea a seguir.. gracias por estas palabras que me ayudan a aclarar un poco la mente..
exito!!! nos vemos en el grupo CROCHET-CHILE de facebook..
cariños
¡Que lindo mensaje Maria José! Por mi parte te mega felicito por haberte hecho tu propio vestido de novia <3!
María José: dale nomás, haz tu marca, creala, teje por ti y anda de a poco concretando metas.
Oye notable lo del vestido, yo ni pensé en tejermelo jajajaja pero pq quería un vestido inspirado en el de mi abuela y ahí está atesorado.
Me reí con la marca Sawa de donde viene había visto tu marca, creo que es súper importante la marca que tenga un significado, hay que ser constante cuesta entrar entrar en esto pero como dice Andy, hay que organizarse horarios, plazos y dedicarse a una línea aunque a veces hagamos excepciones, mi marca es Ángel de Telares ya llevo casi 4 años no me quejo y me estoy dedicando hacer mantas ahora pieceras, combinaciones mezcla textura calidad, aunque no subo todo es hermosos el tejido, creo que me ha pasado dos veces que han cuestionado mi precio porque hay competencia a veces cobran súper pero súper barato que me da la impresión recuperan su material y ganaran algo lo que me identifica es que me gusta trabajar con hermosas lanas. lo más importante que cuando tejo le entregó todo mi cariño cosa que se transmita y así me ido haciendo pasó a pasó conocida. Felicidades por él hermoso artículo un abrazo a todas las tejedoras
Hola Marcela! El ponerle valores a las cosas hechas a mano es un gran punto… siempre pensamos que deberiamos cobrar menos por que tendemos a compararlo con la alternativa de “multitienda” y si es asi, siempre el valor será menor! La verdad es que cada proyecto hecho a mano tiene su valorización distinta y el gran tema es a nivel cultural, enseñar a pagar por lo que valen las cosas. Un abrazo y mucha suerte con tu emprendimiento!