Lanas turcas, 4 motivos para amarlas con locura

Hace algunos años vivimos la locura desatada por la industria de la televisión y las teleseries turcas. Atrás quedaron los galanes como Pancho Melo o Álvaro Rudolphy, ahora los calzones comenzaron a volar con Halit Ergenç (quien interpretaba a Onur en Las Mil y Una Noches) a tal nivel, que la misma Tonka viajó a Turquía para entrevistarlo para un matinal.

Y es que Turquía es un país tan grande, que sus producciones son completamente a otro nivel: hay público y presupuesto para ello. Gracias a canales como Megavisión, las chilenas experimentamos algo totalmente nuevo: teleseries que duraban más que algunos meses, capítulos extensos, lujo y vestuario en paisajes maravillosos, historias que nunca antes habíamos visto, y sobretodo nuevos galanes peludos y sexys.

Volveré al tema “peludo” más adelante.

Bueno y ¿qué pasó? las teleseries turcas se llevaron una gran tajada de la torta, abriendo camino en el horario nocturno. (A pesar de nunca haber visto estas teleseries, simplemente creo que la chilena se había aburrido de las clásicas historias chilenas repetidas más de mil veces con distintos matices). Asumo que esto debe haber sido un remesón de piso a las áreas dramáticas de Canal 13 o TVN (los clásicos chilenos) para al menos poder cuestionarse un poco las temáticas, calidad y formato de las teleseries.

Retomo el tema peludo entonces ¿por qué comienzo hablando de teleseries? por que entre la invasión de teleseries y la lana turca desde hace algunos años, las chilenas nos hemos visto muy beneficiadas y hemos podido abrir mucho los ojos. Si aún no lo has hecho, en este post te daré 4 puntos para que entiendas de lo que hablo.

Tiendas importadoras como El Siglo (u otras de 21 de Mayo), comenzaron a traer una gran variedad de marcas, modelos y lanas provenientes de este lejano país que también llegaron para refrescar la industria textil. Y pucha que era necesario.

Les diré algo cortito: esta navidad, mi primo de 25 años, me regaló lana turca. ¿Por qué, él, sin saber nada de lanas escogió este producto? ¿Por qué se están abriendo tanto paso estas lanas en el mercado chileno? Aquí te las traigo Peter:

1. Colores: lamentablemente en Chile estamos acostumbradas a los colores tipo “paleta de témpera” o cualquier otro para irse a la segura.

Por favor, que levante la mano la que ha visto una lana hecha en Chile de línea bebé pero color gris. (De verdad, avísenme, me encantaría poder comprar un par de ovillos).

Con cualquier otra cosa muy loquilla o distinta las marcas de lana suelen temblar si tendrá o no buena venta y es comprensible. A veces es culpa de las clientas, a veces de la empresa o a veces simplemente un tema cultural. Si bien las lanas turcas tienen algunos colores tradicionales hay otros completamente distintos y más parecidos a la industria europea (grises, beiges, tonos de azules pretóleo, etc). Eso permite jugar un poco más a la hora de mezclar colores o de comprar matizados mucho más jugados.

Paleta de colores de lana de bebé turca.

2. Calidad: este es un ítem que probablemente no fue la elección de compra de mi primo, pero sí hubiese sido la mía. Las lanas turcas son buenas, aguantan hartos lavados (¡al menos las que me ha tocado usar!), no tienen tantos nudos entremedio, los teñidos son bastante más parejos que los chilenos y los grosores también son mucho más parejos. Cuando eres tejedora y te encuentras con estos problemas en más de un ovillo… uffff. Claro, la chilena “perdona”, pero en USA y Europa, simplemente se rechaza la salida al mercado de estos productos. En fin, es tema para largo en otro momento.

3. Fibras: en este tipo de lanas puedes encontrar lana merino, bamboo, mohair, entre otros considerados más “premium” pero a valores muy accesibles. Las mezclas o los porcentajes en estos ovillos, suelen estar mezclados de tal forma que la cantidad de fibra no impacta tanto en el precio.

Fíjate en la composición de la lana <3!

4. Último pero no menos importante ¡Precio!: las lanas turcas en comparación a al universo de lanas que encontramos en Chile, tienen precios muy competitivos. O sea, realmente vale la pena. Si un producto es bueno, bonito, y a buen precio, ¿por qué no probarlo?.

Me encantaría que así como las teleseries turcas le movieron el piso a los canales chilenos, sucediera algo similar en la industria textil de los ovillos de lana.

En una ilusa fantasía imagino algún productor de ovillos chileno leyendo esto pensando “¡Pf! Esta niñita no tiene idea de la realidad de Chile versus Turquía en producción de recursos animales/vegetales, ¡es imposible competir!”, y puede estar completamente en lo cierto. Pero sí creo que como mínimo, debiesen mejorar los estándares de calidad de ovillos o como mínimo introducir mejores y más nuevos colores en las paletas.

Y gracias por lo de “niñita”.

Si bien, no es primera vez que la industria extranjera nos presenta nuevos productos y de mejor calidad, sólo debemos cruzar la cordillera al país vecino para traer uno de mis ejemplos. Pero aprovecho de detenerme exactamente en ese punto: en invierno, el paso se cierra y la lana Argentina a veces no llega a tiempo. Cuec.

Además de mencionar un gran punto: muchas chilenas estamos mal acostumbradas a los bajos precios de la lana y su regular calidad. Mea culpa, chiquillas.

La industria Argentina en promedio tiene hilados destinados a hogar de mucho mejor calidad que en Chile, de mejor materia prima, pero eso también impacta en el precio final. Lo mismo con las lanas europeas, de estados unidos, etc. Al menos, esa ha sido mi experiencia a lo largo de los años.

En el caso de la lana turca, no pasa eso.

Para quienes están en el negocio de vender lana, un pensamiento retrógrada es creer que más competencia o mayores actores en la industria es malo. La competencia finalmente lo que trae es mayor oferta, posibilidades de incrementar la demanda (que fue atraída por más y nuevas ofertas) y por sobretodo, la mejora de los productos. ¿Y quién es la directa beneficiada de esto? Usted y yo, amiga mía. Son oportunidades que debiesen ser tomadas como tal, y no como amenazas para simplemente responder con una burda y baja competencia de quien baja más el precio. Mejoremos la calidad, mejoremos los productos, mejoremos la experiencia de compra, mejoremos la atención a las clientas, mejoremos los sitios web de sus productos, etc. Esta industria AUN sigue muy atrás de lo que debiese ser.

En defensa de la industria en general, quisiera agregar un pensamiento final es: no necesariamente por ser extranjero, será de mejor calidad. Me he llevado grandes decepciones de algunas lanas extrajeras. Pero ese es tema para una siguiente ocasión. Por ahora, date la oportunidad de probar las lanas turcas y cuéntame cuales han sido tus experiencias con éstas.

¡Un abrazo!.

RECURSOS

• Lanas Nako: https://nako.com.tr
• Lanas Madame Tricote: http://www.diktas.com.tr
• Lanas Alize: http://www.alize.gen.tr
• Documento de la industria textil en Turquía
• Un post maravilloso que encontré de Chocolate à Chuva

Bonus track: su comercial de lana turca (Ören Bayan, Madame Tricote).

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